miércoles, 16 de febrero de 2011

Brujas inspira.

Callejuelas empedradas mojadas por la lluvia de los días... sin un rumbo determinado, damos vueltas, en el coche, por las calles, observando las pequeñas casas alienadas,juntas, de distintos colores: blanco, gris, naranja, amarillo, marrón...; de diferentes fachadas: unas de piedra, otras de ladrillo, incluso de una especie de mármol...
Este lugar tiene algo mágico y fantástico...
La gente circula de un lado al otro de la ciudad, caminando por las calles sin asfaltar, en coches, autobuses o en bicicletas. ¡Todo el mundo, todo tipo de personas, niños, jóvenes y hasta abueletas pasean con sus bicicletas por las difíciles calles de Brujas! Está tan activa la ciudad: por los agraciados habitantes del pueblo ocupados en sus quehaceres, en sus recados, en su vida cotidiana... Y los turistas, como yo, que paseamos por la plaza central, admirados por la belleza de la ciudad, con cámaras y mapas en las manos... Gastando nuestro dinero en las tiendas souvenir del centro, comprando regalos, recuerdos y postales, que muchas veces, más tarde, al llegar a casa no apreciamos...

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