jueves, 29 de enero de 2015

BELLO CAOS

Y tengo aún la esperanza de que algo cambie. No se ni cómo ni cuando, pero la tengo. A la vez que tengo ganas de morirme, o al menos entrar en un coma, dormirme y despertar y que todo esto haya sido solo un mal sueño, una puta pesadilla. Que, ¿cuanto ha pasado? CINCO HORAS? Cinco putas horas desde que todo acabó definitivamente y ya estoy perdiendo la cabeza, me estoy volviendo loca. Encerrada en mi propia mente, dándole vueltas a absolutamente todo, pensando cada cosa, cada acto, cada palabra que he dicho y ha dicho. Qué decir... que me siento muy mal, muy culpable, me siento fatal. Siento que yo solita me he cargado lo más bonito que me han dado en esta vida. Y me siento una estúpida que no ha sabido valorar aquello que le han dado. Al fin y al cabo, quizá la gente y mis padres y todas esas personas tengan razón y no sepa valorar las cosas que hacen por mi. Quizá sea una mala persona. Y si no lo soy, al menos me he comportado así con una persona que me ha dado lo mejor de él. Y sin embargo, a pesar de sentirme una lagartona mala que solo sabe envenenar, siento que también han habido muchas cosas buenas. Pero ni siquiera se cuales, pero es así como me siento. Pienso en todas las cosas que hemos hablado a lo largo de estos cinco meses, todos nuestros sueños, todas las cosas que queríamos para nuestro futuro, todas las cosas que queríamos mejorar para que día a día fuese más bonito aún... Y pienso en todo eso y me siento totalmente perdida. Perdida sin él, la única persona que realmente me entendía, me comprendía... Porque ahora lo veo así, por muy incomprendida que me sintiese en algunos momentos... Él es la única persona que me ha querido de verdad tal cual soy, con todo, con mis defectos y mis cualidades, con mi gran pasado de mierda, con mi presente de mierda, con todas las cosas malas que me rodean, con todo lo que pienso y siento y aquello en lo que creo; me ha querido con todo y no he sabido valorarlo. Y sin embargo ÉL estaba en todos mis planes. Porque yo quiero una vida con él, y no la quiero con nadie más. Y eso nadie lo entiende ni lo va a llegar a entender; pero es así. Quiero a esa persona en mi vida. No quiero una persona que me haga feliz o que me cueste menos conseguir. LO QUIERO A ÉL. Con todo, con su manera de ser, porque es una persona increíble y mágica, una buena persona con un pasado malo y a la cual han hecho muchísimo daño y yo, yo no he sido capaz de ver que me estaba uniendo al saco de personas detestables y apestosas que le han hecho daño. Porque él es ese niño asustado y con miedo, cariñoso y generoso, solidario, que siempre da todo lo que tiene y puede al resto de personas, honesto y sincero, capaz de tragar su orgullo, y no es perfecto, pero es que amo hasta sus imperfecciones. Amo cuando se altera por algo porque se que de alguna manera u otra es porque le importa. Amo que sea claro con lo que piensa, aunque a veces no use las palabras adecuadas o diga cosas sin pensar, pero amo su impulsividad. Amo cada gesto, cada palabra. Amo cada mirada de niño perdido o de amor o de odio o de decepción, amo que pueda hablarme a través de su mirada... Y lo más triste es darse cuenta de lo mucho que amas a alguien cuando ya no lo tienes. Porque me pongo a pensar, y por mucho que quiera negarme una y otra vez a mi misma que estoy enamorada, lo estoy. Y es que me asusta sentir esto. Me asusta porque lo he perdido y no se si lo volveré a recuperar. Ojalá. Nunca hay que perder la esperanza, dicen... Pero el caso es que amo cada mísero y mínimo cambio en su cara, manos, cuerpo. Amo cuando mueve muchísimo la pierna, cuando le tiembla el labio antes de sollozar, amo cuando respira y sobretodo amo cuando me sonríe. Su puta sonrisa. Es jodidamente perfecta. Es cautivadora y sincera... Es aquello que adoro ver cada día de mi vida. Y sus labios, amo sus labios. El superior un poco más grueso que el inferior, con un poco de forma de corazón y que adoraba saborear. Sus manos, cuando está nervioso, mueve los dedos, se muerde la piel cercana a las uñas... Joder, amo sus putas manías. Y su jodido cuerpo es tan bonito. Y, sí, no me suelo fijar en chicos delgados, tan delgados. Pero por eso creo que es diferente. No sé... la cuestión es que amo su cuerpo. Y no entiendo como él puede odiarlo. No entiendo como puede odiar su espalda, si es jodidamente perfecta, ancha pero sin excederse, con una cintura bonita, una espalda en la que me encanta perderme, una espalda que adoro besar con todas sus pequeñas marcas y lunares. Y sus caderas. Que me vuelven loca. Ese hueso es precioso y la curva hacia abajo es lo más bonito que he visto en un hombre en mi puta vida. ¿Qué más amo de él? Su pelo. Que me encanta enredar mis dedos en el, estirarlo y peinarlo. Sus pestañas, su nariz pequeña y larguita pero sin pasarse, fina y encantadora, sus pómulos. Es tan imperfectamente perfecto. Que lo amo. Y amo todo lo que hace por mi, todo lo que ha dado por mi, todo lo que me ha querido y espero por Dios que siga haciéndolo. Amo todo de él. Lo amo a él con todo, incluso con lo malo que solo es un atisbo de oscuridad en una estrella brillante llena de luz.. Y ya no se ni que he dicho , ni como he empezado todo esto... Me he ido enredando como mis pensamientos enredados. Sólo se que ahora son Seis horas, en vez de cinco. Y que lo echo jodidamente de menos. Que estoy controlando mis putos impulsos para no mandarle cada minuto un te quiero al móvil. Que tengo ganas de bajar a su casa y fundirle el timbre con tal de verle la cara otra vez y tener otro instante de felicidad. Poder abrazarle una vez más. Poder besarle una vez más... Poder hacer todo lo que teníamos planeado, una vez más. Quizá el problema fue que no supe centrarme en el presente y en las cosas que hacía mal. Pero eso no quita que no lo quiera, que no lo ame, que no lo necesite y que no lo valore. Él es la persona con la que quiero compartir mi vida el resto de días que me queden en este mísero mundo. Quiero... quiero presentárselo al resto de mi familia y que se unan al cachondeo de mi casa; quiero viajar con él y perderme en los bosques de Alemania dos meses o los que hagan falta. Quiero poder contarle lo bien o mal que se me ha dado hacer algo en mi carrera, o que me cuente lo bien que se siente ayudando a los demás. Me encantaría poder vivir con él fuera de este puto país, y de esta puta sociedad, y tener nuestra propia casa. Despertar todos los días a su lado y pelearnos por quien hace el desayuno. Que cada dos por tres me ate a la silla para que no me ponga a fregar como una maníatica de la limpieza. Que me abrace y me tire en la cama y nos perdamos entre las sábanas. Quiero bañarme con él y que me enjabone el pelo con dulzura. Quiero ver uno, dos y trescientosmil atardeceres con él. Quiero escaparme cada dos por tres allí y allá. Quiero... quiero todo. Quiero un pequeño él en mi vida, y una pequeña yo; quiero pequeños en mi vida y quiero que su padre sea él. Que su risa sea como la suya. .. Quiero tantas cosas y todas a su lado. Quiero ser feliz, con él. Hacerle feliz. Quiero hacerle la vida lo menos complicada posible, quiero que esté envuelto en nubes de algodón, y sé que me repito porque esto ya lo escribí ayer pero es lo que siento. Quiero hacerle todo más fácil. Quiero protegerle como nadie lo ha hecho. Quiero comprenderle. Quiero entenderle . Quiero empatizar absolutamente con todas las sensaciones y sentimientos de su cuerpo y mente. Quiero TODO con él... Y no me queda más que luchar. Y no sé ni como voy a hacerlo ni como voy a demostrarlo. Pero quiero hacerlo, y no hay mas terquedad que la mía, así que Esther, joder, no te falles por favor

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