
Y puedes ver como tus sueños se destruyen. Puedes verlos rotos, esparcidos por el suelo, hechos trizas, como pedacitos de cristal, como trozos del espejo de la vida en el que te ves reflejado… Pero tu reflejo no es igual. No es el mismo que había antes, ahora ha cambiado, está alterado por los trozos de la vida que perdiste, por los sueños que marcharon, por todo aquello que quisiste y no está. Tu rostro ha cambiado. Tus facciones, tus ojeras, tus expresiones denotan la tristeza, la impotencia, la lucha contra todo aquello que odias, la lucha por todo eso que amas. Y tus ojos,tus ojos no brillan como antes. El destello de felicidad que había en ellos murió, esa luz, ese fulgor, en el que se podía observar los sentimientos del corazón, los pensamientos de la mente, se ha vuelto opaco. Sí, tu pupila se ha vuelto opaca, apagada, oscura, intransferible… Por que ya nadie puede ver más allá de tus ojos, por que ante los demás eres feliz, porque ocultas todo lo que hay dentro de ti… Porque has aprendido a fingir.