domingo, 29 de agosto de 2010

Son solo palabras...

Te odio. Palabras duras, palabras ofensivas, palabras… Y ¿Qué más da? Si al fin y al cabo son solo palabras. Palabras que muchas veces carecen de sentido, del más mínimo punto de cordura, que carecen de valor si se dicen sin pensar, sin que haya sentimientos envueltos, que a veces causan heridas imposibles de borrar, de curar, de arreglar, y que en otros casos se dicen, ni se piensan, ni se entienden, son palabras incomprensibles y absurdas. Y si te digo yo ahora “te odio”, ¿con que fin te lo digo?... Que sepas que no lo digo sin pensar, es algo a lo que llevo dándole vueltas mucho tiempo, aunque también debes saber que mi odio no es del todo real ¿por qué?...
Te odio, si, te odio. Y sí, estoy celosa. ¿Algún problema? Es una cuestión de amor. Me gustas, te quiero… Y no es que me encante verte con otras… Es verte acariciar a otra mujer, y pensar “ojalá fuera ella”. Pero, ¿Qué puedo hacer? La única opción, la única cosa que puedo hacer es…perderte. ¡Te odio! Y todo porque no me has dado ni siquiera la oportunidad de conocerte, de entenderte, de amarte… Y ahora, a partir de este maldito momento, mi debilidad será quererte, y mi más preciada cualidad será el odio, la ignorancia… Sobre todo la ignorancia. No sabes cuanto me cuesta sonreír cuando te veo con otra, no sabes cuanto me cuesta disimular, ignorarte, rechazarte, omitirte, olvidarte…

Palabras. Te odio, te quiero. Ignorarte. Acciones. Sentimientos. Pérdida total de la cordura. Locura general, perfecta, completa, locura que se expande por cada una de las venas que recorren mis brazos, mis piernas, mis dedos, mis órganos, mi cuello, mi corazón… Cada una de las venas de mi cuerpo. Locura que se expande por cada rinconcito de mi corazón, si, mi corazón, o al menos lo que queda de el. Locura que habita y conoce mi mente, mis sentimientos, mis pensamientos… Que conoce lo que calla mi corazón, que conoce como sangran mis entrañas de tanto dolor, de tanto amor. Y mis nervios, que empiezan a alterarse más de lo debido, y que pueden cometer alguna locura de un momento a otro… Impulso se llama. Impulsiva, en eso me he convertido.

Y al fin y al cabo, no creo que lo sepas jamás. O al menos no sabrás, que todo este embrollo de palabras, todo este laberinto de sentimientos, vaya por ti, si, por ti… Y si lo haces, si te das cuenta… ¿Qué? ¿Algo que comentar? Estoy acostumbrada a los rechazos, y estoy harta de vuestra gran bipolaridad. Puede que esto sea una gran cagada. Un error… Pero por uno más ¿Qué más da? Si, total, el mayor de mis errores ¿Sabes cual es?...

Quererte.

P.D. Pero ya sabes… todo esto…quizá tan solo son palabras…

No hay comentarios:

Publicar un comentario